*Su hambre por destacar la llevaron a llenarse de emoción al escuchar el himno de la Champions League con su club, el WFC Samegrelo, el campeón de Georgia
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- Cerró los ojos y recordó cuando su papá la llevaba a las canchitas cerca de casa al norte de la ciudad y cuando Rubí Villegas abrió los ojos, escuchó el himno de la Champions League, el torneo de clubes más importante del mundo. Se encontraba ahí, en la cancha, antes de iniciar un partido con su club, el WFC Samegrelo, el campeón de Georgia.
Para llegar a ese momento previo a disputar un encuentro en Europa del Este, tuvo que afrontar retos desde pequeña, cuando dio sus primeros pasos detrás de una pelota, siempre incentivada por su papá.
“Tengo dos hermanos y curiosamente a ellos no les gusta el futbol, pero a mi papá le encanta, entonces desde que yo tenía 5 años era la que lo motivaba para que me llevara a jugar, nos subimos al carro y nos íbamos a jugar a la cancha que está en la colonia donde vivíamos que es la González Ortega o también en las de La Piedad”, recuerda.
Con su trato afable y la soltura que le da haber vivido en tres países diferentes, Villegas recuerda a la primera persona que creyó en ella, después de su papá, y quien le enseñó que gracias a sus habilidades muchas puertas se le podían abrir: Alejandro Frías.
“A los 10 años lo conocí, era el entrenador del equipo femenil del Tec de Monterrey y fue el primero que creyó en mí porque me dijo que entrenara con ellas para después ver la posibilidad de obtener una beca en la prepa. Entonces a entrenar con jugadoras tres años o hasta 15 años más grandes que yo pero eso me ayudó a foguearme”.
El impulso la llevó a ser parte de las visorías que hizo Leonardo Cuéllar en la Angelópolis de cara al Mundial sub 17 del 2014, y ahí vivió un vaivén de emociones que terminaron con su aparición mundialista, una experiencia que la marcó de por vida.
“Fue Leonardo Cuéllar el que estuvo en Puebla buscando a jugadoras. Fue un proceso muy largo porque pasé un primer filtro pero después en una concentración quedé fuera y eso fue un golpe bajo para mí, pero afortunadamente más adelante quedé seleccionada y finalmente fui al mundial del 2014 que se celebró en Costa Rica”.
Sabedora de las bondades del fútbol, su inquietud la encaminó a dejar el país para poner a prueba su carácter, pero también para iniciar su desarrollo académico. Se fue a estudiar becada en el área de finanzas a Oklahoma y fue nominada a la mejor jugadora en el segundo año estuvo en el cuadro ideal de la conferencia. Después de dos años quiso dar un paso hacia un equipo mejor y se fue a Texas, donde pudo jugar en el máximo nivel universitario de Estados Unidos
Ya con su título universitario, por un tiempo le dio prioridad a su lado profesional y trabajó hasta que el futbol la volvió a seducir hasta que la enganchó a enrolarse en la Liga MX.
“Cuando me gradué empecé a trabajar en una empresa y comencé a jugar la liga de verano en Houston, pero en este lapso me di cuenta que todavía tenía mucho que dar en el futbol y a finales del 2021 fue cuando firmé con Bravas de Juárez. Esa fue una experiencia interesante me tocó la transición de dejar de ser un equipo de los últimos lugares a uno que le competía a los mejores”.
Después de un año en la frontera, su espíritu aventurero la proyectó hacia otro de sus sueños, el futbol europeo en donde firmó con WFC Samegrelo, el campeón de Georgia, lo que le permitió jugar Champions League.
“La verdad me encantó y es una experiencia que ya nadie me la va a contar. Cuando escuché el himno de la Champions supe que todavía ha valido la pena porque me costó mucho trabajo adaptarme a Georgia son costumbres y un idioma totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada”.
Tras recargar energías con su familia en la Angelópolis, Rubí Villegas está lista para dar su siguiente paso y no cierra ninguna opción porque está dispuesta a regresar al balompié azteca, aunque no se aparta de la ilusión de trascender en el viejo continente.